Para la PEC1 he decidido trabajar sobre la señalética del Tropenmuseum, el museo más importante de mi barrio, Ámsterdam Oost. Por eso me vais a acompañar desde mi casa hasta la misma entrada del museo con esta ruta.
Desde que hemos empezado esta PEC me he sorprendido descubriendo señalética que no había visto en los casi 15 meses que llevamos viviendo en este barrio. Ir mirando hacia abajo, a la pantalla del móvil, parece hacer invisibles muchos elementos urbanísticos que son claves para una orientación más «old school», sin GPS.
EL CASO ÁMSTERDAM
No me he parado a investigar sobre el urbanismo de esta ciudad pero desde mi punto de vista (como usuaria tanto a pie como en bicicleta) creo que es una ciudad en la que es muy sencillo orientarse. Quizá el centro sea una excepción, los canales en forma concéntrica pueden ser un poco engañosos porque creo que intuitivamente buscamos trayectorias rectas/paralelas.
Como decía, considero que el propio urbanismo de la ciudad actúa como una suerte de «señalética» ya que en toda la ciudad se repite el mismo lenguaje urbano. Es común que haya viviendas en las plantas bajas de los edificios por eso los barrios se dividen en calles comerciales principales que rodean manzanas de zonas exclusivamente residenciales. Esas calles comerciales, junto con una gran densidad de zonas verdes, marcan ejes muy reconocibles que ayudan a orientarse.
La ruta que he elegido es muy corta pero aúna todos los elementos que he comentado.
VISITA AL MUSEO
¡En marcha!
La ruta hasta el museo es muy sencilla, solo hay que seguir la calle donde está mi casa hasta en final, donde se cruza con una avenida principal que es donde se encuentra el Troppenmuseum.
Notas sobre la ruta:
Vivimos en una planta baja con acceso directo a la calle Tweede Van Swindenstraat. A la izquierda se puede ver bullicio del mercado Dappermarkt que ocupa una calle entera (Dapperstraat) a diario. Mi calle cruza la plaza principal del mercado (Dapperplein) donde se agrupan todas las foodtrucks, solo hay que seguir el olor. 🙂
En todas las calles y plazas se encuentran los carteles con su nombre en el característico fondo azul con letras blancas.
Al pasar la plaza continuamos en la calle Tweede Van Swindenstraat, es fácil hacerse una idea de las distancias porque al fondo podemos ver la frondosidad de los árboles de Oosterpark por lo que nos hacemos a la idea de que la calle se termina ahí, a unos 300 metros aproximadamente.
Sabremos que vamos por buen camino porque al llegar al final de la calle nos encontramos con una rareza, hay un cartel con el nombre de la calle (Tweede van Swindenstraat) sobre una farola en perpendicular a la dirección de la calle. Casi como si se tratase de una nota de despedida de la calle, aquí se termina.
Habremos llegado entonces a Linneaustraat, una de las avenidas principales del barrio con muchísimo tráfico rodado y transporte público (tranvía y autobús). Al frente tenemos la entrada del parque Oosterpark y si miramos a la derecha ya se distingue el edificio de ladrillo que alberga el Tropenmuseum. Al final de la mediana con las paradas de tranvía está el paso de cebra sin semáforo que nos lleva al otro lado de la avenida. Una vez llegamos al otro lado, a nuestra izquierda tenemos la entrada al parque donde se encuentra un poste con señales que indican todos los sitios de interés del barrio, incluido el museo. Es un lugar un tanto extraño para ubicar este poste porque solo beneficia a quien salga del parque. Si venimos por el otro lado de la calle tenemos que desviarnos un poco para poder leer las señales. A nuestra derecha ya podremos observar las banderas con el logo del museo que ondean al principio de la parcela donde se encuentra el edificio. Apenas 500 metros más allá encontraremos el desnivel que nos dirige directamente a la entrada del museo que nos da la bienvenida con un enorme cartel con el logotipo que se ver desde la acera.